miércoles, 6 de abril de 2011

Watermelon


Watermelon, o "melón de agua", le dicen a la sandía los que hablan la lengua de la barbarie.


En mi ciudad, Santa Fe (Argentina) hace un tiempo que se viene hablando de limitar el consumo de agua y hasta se ha encarado una especie de plan de concientización sobre el uso responsable. Todos aquellos que tienen cierta conciencia ambiental, incluso han apoyado de distintas maneras esta campaña. Esto no estaría mal si esta ciudad estuviera montada a la cordillera, o en la patagonia o en el altiplano. Sin embargo, se trata de la ciudad que se implanta en la desembocadura del río Salado en el sistema medio del Paraná. Esto significa que por nuestras orillas transcurren a diario un caudal de 17300 metros cúbicos por segundo y otro de unos 5600.
Sumados, representan unas 100 veces mas agua dulce que la que requiere toda la humanidad a diario para higienizarse, beber y cocinar. Sería necesario sumar casi todos los ríos europeos para igualar este caudal.
Es decir, limitar el consumo de agua a un santafesino, equivale a pedirle a un egipcio que no toque ni un solo grano de arena de sus desiertos.
En esta campaña, en realidad se intenta esconder otra cosa.
Durante mas de una década, la potabilización del agua de la ciudad, estuvo concesionada a una empresa europea que, como es de esperar, no respetó los contratos, no hizo las inversiones correspondientes y simplemente se limitó a facturar por el servicio hasta que las instalaciones resultaron obsoletas e insuficientes. De hecho hasta se indemnizó a una empresa francesa para rescindirle el contrato (bajo apercibimiento del nunca suficientemente bien ponderado Club de París -una verdadera asociación ilícita, que no cuenta ni con acta fundacional-) y así poder reestatizar el servicio. Obviamente, de no haber pasado por su etapa privada, al menos algunas de esas inversiones se hubieran realizado, y la campaña que da origen a este articulo sería innecesaria.
Pero hay un dato que me molesta sobremanera y es que para hacerlo se asegura que los santafesinos consumimos mas del doble del agua que se consume en los llamados "países desarrollados" y si usted, señor lector tiene a bien hacer clic sobre la imagen y observa detenidamente el mapa de la ilustracion de esta nota (extraido de un informe hecho a pedido de la OMS) notará que los países señalados con rojo, los de mayor consumo, son algunos de los que menos agua dulce disponen. Estados Unidos, España, Francia, Portugal, Italia, deberían sumar casi todos sus ríos (con la sola exepción del missisipi) para disponer de un recurso como el que disponemos nosotros y sin embargo consumen un 50% más de agua, medida en metros cúbicos por habitante por año. Esto ya no se trata de una falta de conciencia de estos pueblos, sino de un verdadero acto de prepotente impunidad como los de las bancas internacionales. Indudablemente son necesarios los robos que aquí llamamos deuda externa, para que se subsidie semejante consumo en lugares donde no existe el recurso.
Mientras tanto a los santafesinos si nos toca una responsabilidad en este tema y es la de velar por la calidad del recurso, pero haríamos bien en hacer ciertas averiguaciones antes de acatar y apoyar campañas con las que el estado pretende seguir el camino de las empresas europeas que deterioraron todos nuestros servicios.