domingo, 23 de enero de 2011

Somos el Sur


Ellos y nosotros

Cuando las cosas se “desmadran” en Argentina, sin importar cual sea el origen del problema ni hasta donde nos lleven sus consecuencias, hay un resultado que se repite.

Sistemáticamente o sintomáticamente todos los problemas nos llevan a la auto-des-acreditación. Que los argentinos somos esto, que los argentinos somos aquello, que no podemos, que no sabemos, que no queremos.....etc, etc. Inmediatamente surge el ejemplo. Si esto pasara en Alemania tal cosa, los italianos harían así, en España esto no se hace, Suiza es un país serio, y cuando no, el infaltable... en Estados Unidos...

Aún hoy se suele insistir en estas falsas comparaciones, a pesar que su decadencia (la de estos paises) es evidente, indisimulable y probablemente irreversible.

Tal vez no haya ningún pueblo tan convencido como nosotros que hay que ser como otros para estar mejor.

Sin embargo, yo tengo muchos motivos para estar orgulloso de ser latinoamericano, argentino y santafesino. En la primer categoría, pertenezco al grupo de países que poco a poco se va convirtiendo en la nueva vanguardia de la esperanza. Somos distintos y el solo ser distintos nos da oportunidades que no tienen los "iguales" ("quien quiera oír que oiga"). Como argentino soy parte del pueblo que juzgó a sus dictadores. Entiéndase bien, porque del otro lado me van a querer correr con las demoras de la justicia lenta, con las leyes de punto final (felizmente en el pasado), y otras lindezas. Acá juzgó el pueblo, independientemente de lo que haga la justicia y eso es mucho más que lo que pueden decir otros:

En España sepultaron a Franco con honores de jefe de estado y en Chile, jamás se le tocó un pelo a Pinochet. Eso acá es inimaginable ¿Se imaginan el entierro de Videla seguido por un cortejo de cientos de autos y miles de personas a pié y millones de idiotas lanzando flores de los balcones?

Por último, como santafesino, pertenezco al pueblo que habita y administra, muy mal por cierto, el conjunto de recursos de agua dulce mas importante del mundo. Y estamos hablando de agua, la base de todo recurso y el soporte de la vida. Eso permite por ejemplo, que la provincia de Santa Fe produzca casi la mitad del aceite que se produce en todo el mundo.

Por supuesto que no todo está bien y que todo puede y debe hacerse mejor. Pero quiero introducir una cuña, una astilla aunque sea en el análisis de por qué nos va mal cuando nos va mal. Creo que en la base de nuestros problemas está la estúpida insistencia en ser como ellos. En realidad, cuando nos va mal, es cuando en vez de mirarnos para adentro, de apoyar los pies en territorio sudamericano y poner el esfuerzo en comprender qué somos y donde estamos, intentamos ser como en el norte del mundo. Y saben qué? Corremos serios riesgos de lograrlo. A ellos les fue bien solo mientras pudieron robar de las colonias, primero por la fuerza, después con estrategias económicas y políticas y ahora con empresas multinacionales. Cuando los pobres del mundo nos empezamos a parar sobre nuestros propios pies y decir que esta tierra es nuestra, se les dificulta el robo y así se les empiezan a caer los privilegios.
Nosotros nunca aprendimos a robar, y no lo aprendimos porque no lo necesitamos, porque nuestro generoso territorio nos ofrece todo. Supongo que algún lector debe estar pensando en la corruptela oficial, sin embargo cuando digo robar no hablo de las picardías menores de algún funcionario. Digo robar y estoy pensando en el sistema de flotas y galeones de España durante la época de la colonia. Digo robar y estoy pensando en la piratería inglesa, asociada en Argentina con la piratería porteña. Digo robar y estoy pensando en las colonias europeas en África y Asia. Digo robar y comprendo la invasión a Irak o las funciones del FMI y el BM. En fin, digo robar... algo que nosotros no institucionalizamos, porque no lo necesitamos. Nuestros problemas se arreglan organizándonos mejor, solo eso y créanme que es poco. Porque en las estepas pobres del norte del mundo no importa cómo y cuánto se organicen. Allí, cuando todas las verdades sean dichas, (en eso estamos: por ello la crisis y por ello nuestra paulatina recuperación) sólo cabrá la pobreza. Sencillamente porque no se puede crear materia, sólo se la puede transformar y los superpoblados territorios del norte ya no tienen lugar para convertir suelo en alimentos. No importa de cuanta tecnología se disponga, comerse entre ellos será la única manera de que sobreviva el más fuerte.

Por eso me atrevo a pedirles a todos que no vuelvan a avalar nada, solo porque así se hace en el norte y
mientras tanto, a nosotros, nos debe preocupar tratar de ser como nosotros, porque nada bueno se puede aprender de ellos.

3 comentarios:

  1. VER LA ZONCERA Nº 1 del "Manual de zonceras argentinas" de Artura Jauretche y, por supuesto, las 43 zonceras subsecuentes y concecuentes de esa. Todas tienen que ver con la negación del ser nacional y lo nacional.

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  2. Espero que "Artura" sea tan inteligente como su hermano
    jaja

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  3. mas en serio y habiendo repasado a Arturo, creo que hay que evitar ciertos peligros del nacionalismo y diferenciarlo bien de la identidad para no caer en viejas trampas de la derecha (lo que seria una nueva zoncera). Por eso en el proximo articulo trato de definir esa identidad tan particular, nueva y poco comprensible para todos, aún para nosotros mismos pero del todo incomprnesible para una cabeza del norte del mundo
    Creo que estamos creando un boceto del "hombre nuevo"
    Solo el futuro lo sabrá.

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