domingo, 30 de enero de 2011

Identidades y diversidades


Pareciera que identidad fuera un concepto opuesto a diversidad. De hecho, aquello que le da identidad a un grupo, es lo que ese grupo comparte y tiene de igual y a la vez, le permite distinguirse, ser distinto, (concepto de diversidad) de otros grupos.
Sin embargo me permitiré relativizar estas definiciones fácilmente aceptables.


En paises extremadamente extensos y relativamente poco poblados como la mayoria de los de latinoamerica, curiosamente existe cierta identidad cultural que nos auna. Por ejemplo, cada vez es mas fácil verificar la existencia de una "argentinidad" ya que todos compartimos un conjunto de cosas prácticas o abstractas. Desde Jujuy hasta la Tierra del Fuego, casi todos tomamos mate (La ancestral y guaranítica infusion de nuestra yerba mate). Desde la cordillera hasta el mar, casi todos queremos comer un "asadito" los domingos. Desde la selva Misionera hasta la Patagonia, casi todos disfrutamos del futbol y pertenecemos a la "inchada" de algún equipo. Es más, este último razgo cultural es compartido desde la Patagonia hasta Méjico. De hecho, es mas fácil que un argentino se entienda con un mejicano (14000 Km de territorio mediante) que un catalán con un vasco (su vecino) o que un boloñés con un romagnolo (otros vecinos).
Justamente esta comparación permite hacer la relativización que quiero:
En Europa fracasó la constitución porque cada pueblo, tiene una fuerte identidad y son muy diversos entre si. Más que eso, en muchos casos sus culturas se basan en conceptos opuestos y hasta tienen un larguísimo legado de enfrentamientos, enemistades y guerras a pesar de compartir un pequeñísimo territorio (o tal vez por eso). Ellos son una ensalada, estan todos en la misma "fuente", pero cada uno sigue siendo lo que es, y lo que siempre fue, no hay identidad en esa ensalada, solo hay diversidad y el sabor de cada componente se mantiene distinto al de los otros. Esto es tan pero tan así, que aún hoy, en Italia es muy difícil un matrimonio entre un napolitano y una boloñesa o anconitana. El norte y el sur, son irreconciliables. No solo enemigos, sino también distintos, no pueden compartir intereses como para formar una pareja.

Por otro lado, los latinoamericanos, somos una especie de sopa. Aquí, la inmensidad de los territorios se tragó las identidades distintas y esta pariendo una mas o menos homogénea, donde cada parte ha adquirido un poco del sabor de la otra. De hecho polacos o árabes o alemanes, han formado pareja y criado descendencia, con guaraníes o mocovíes, tanto en Misiones como en Santa Fe u otras provincias. El poeta Julio Minio lo rescata cuando pone en la boca de San Francisco Javier la frase "mucho indiecito rubio", en una imaginaria recorrida del santo indio por los pagos en la actualidad. Nuestra historia fue tan distinta de la europea, que cuando se liberó a la esclavitud de origen africano, no fueron pocos los casos donde el esclavo o la esclava se casó con el amo o la ama. El litoral del Paraná esta lleno de estas historias.
Aún los que hoy somos hijos de europeos, es decir, los que en pleno S XXI, somos primera generación en América, no escapamos a esta sopa, porque está presente en la cultura de la que formamos parte y nos da esta identidad tan rica, compleja y en permanente construcción. Somos un modelo de identidad no acabado, que no se opone al concepto de diversidad y tal vez, un camino de eterna construcción, con un horizonte siempre inalcanzable sea el meollo de nuestra identidad.

Si es así, no puedo menos que estar orgulloso de ello.

Por lo pronto, en este esfuerzo por comprendernos, alcanzo a vislumbrar una diferencia de base entre europeidad y latinoamericanidad y es que aquí, el concepto de diversidad no se opone al de identidad. Hemos comenzado el camino de ser un pueblo, con características diversas, pero un solo pueblo. Tal vez, la tolerancia sea una de las claves.

Por historia e idiosincarcia, algunos de nuestros pueblos del sur, han avanzado mas que otros sobre este razgo y lógicamente las capitales, son siempre mas reaccionarias y conservadoras que las provincias por la influencia que en ellas ejercen el capital, el marketing y otras lindezas que llegan del norte y los medios implantan, pero creo que el camino ya fue marcado y el horizonte elegido.

domingo, 23 de enero de 2011

Somos el Sur


Ellos y nosotros

Cuando las cosas se “desmadran” en Argentina, sin importar cual sea el origen del problema ni hasta donde nos lleven sus consecuencias, hay un resultado que se repite.

Sistemáticamente o sintomáticamente todos los problemas nos llevan a la auto-des-acreditación. Que los argentinos somos esto, que los argentinos somos aquello, que no podemos, que no sabemos, que no queremos.....etc, etc. Inmediatamente surge el ejemplo. Si esto pasara en Alemania tal cosa, los italianos harían así, en España esto no se hace, Suiza es un país serio, y cuando no, el infaltable... en Estados Unidos...

Aún hoy se suele insistir en estas falsas comparaciones, a pesar que su decadencia (la de estos paises) es evidente, indisimulable y probablemente irreversible.

Tal vez no haya ningún pueblo tan convencido como nosotros que hay que ser como otros para estar mejor.

Sin embargo, yo tengo muchos motivos para estar orgulloso de ser latinoamericano, argentino y santafesino. En la primer categoría, pertenezco al grupo de países que poco a poco se va convirtiendo en la nueva vanguardia de la esperanza. Somos distintos y el solo ser distintos nos da oportunidades que no tienen los "iguales" ("quien quiera oír que oiga"). Como argentino soy parte del pueblo que juzgó a sus dictadores. Entiéndase bien, porque del otro lado me van a querer correr con las demoras de la justicia lenta, con las leyes de punto final (felizmente en el pasado), y otras lindezas. Acá juzgó el pueblo, independientemente de lo que haga la justicia y eso es mucho más que lo que pueden decir otros:

En España sepultaron a Franco con honores de jefe de estado y en Chile, jamás se le tocó un pelo a Pinochet. Eso acá es inimaginable ¿Se imaginan el entierro de Videla seguido por un cortejo de cientos de autos y miles de personas a pié y millones de idiotas lanzando flores de los balcones?

Por último, como santafesino, pertenezco al pueblo que habita y administra, muy mal por cierto, el conjunto de recursos de agua dulce mas importante del mundo. Y estamos hablando de agua, la base de todo recurso y el soporte de la vida. Eso permite por ejemplo, que la provincia de Santa Fe produzca casi la mitad del aceite que se produce en todo el mundo.

Por supuesto que no todo está bien y que todo puede y debe hacerse mejor. Pero quiero introducir una cuña, una astilla aunque sea en el análisis de por qué nos va mal cuando nos va mal. Creo que en la base de nuestros problemas está la estúpida insistencia en ser como ellos. En realidad, cuando nos va mal, es cuando en vez de mirarnos para adentro, de apoyar los pies en territorio sudamericano y poner el esfuerzo en comprender qué somos y donde estamos, intentamos ser como en el norte del mundo. Y saben qué? Corremos serios riesgos de lograrlo. A ellos les fue bien solo mientras pudieron robar de las colonias, primero por la fuerza, después con estrategias económicas y políticas y ahora con empresas multinacionales. Cuando los pobres del mundo nos empezamos a parar sobre nuestros propios pies y decir que esta tierra es nuestra, se les dificulta el robo y así se les empiezan a caer los privilegios.
Nosotros nunca aprendimos a robar, y no lo aprendimos porque no lo necesitamos, porque nuestro generoso territorio nos ofrece todo. Supongo que algún lector debe estar pensando en la corruptela oficial, sin embargo cuando digo robar no hablo de las picardías menores de algún funcionario. Digo robar y estoy pensando en el sistema de flotas y galeones de España durante la época de la colonia. Digo robar y estoy pensando en la piratería inglesa, asociada en Argentina con la piratería porteña. Digo robar y estoy pensando en las colonias europeas en África y Asia. Digo robar y comprendo la invasión a Irak o las funciones del FMI y el BM. En fin, digo robar... algo que nosotros no institucionalizamos, porque no lo necesitamos. Nuestros problemas se arreglan organizándonos mejor, solo eso y créanme que es poco. Porque en las estepas pobres del norte del mundo no importa cómo y cuánto se organicen. Allí, cuando todas las verdades sean dichas, (en eso estamos: por ello la crisis y por ello nuestra paulatina recuperación) sólo cabrá la pobreza. Sencillamente porque no se puede crear materia, sólo se la puede transformar y los superpoblados territorios del norte ya no tienen lugar para convertir suelo en alimentos. No importa de cuanta tecnología se disponga, comerse entre ellos será la única manera de que sobreviva el más fuerte.

Por eso me atrevo a pedirles a todos que no vuelvan a avalar nada, solo porque así se hace en el norte y
mientras tanto, a nosotros, nos debe preocupar tratar de ser como nosotros, porque nada bueno se puede aprender de ellos.

miércoles, 19 de enero de 2011

Frente a cualquiera, un sudaca.


(sandía reventada -durante la crisis económica europea-en forma pretenciosa de poema)




.Impuro,
sabrosa y deliciosamente impuro,
política e ideológicamente impuro,
pasional y sexualmente impuro.
Impuro de color,
impuro de religión,
impuro por historia.
Por elección impuro.
Con la piel del color beige
capaz de contener todos los colores,
todas las ideologías,
y las religiones,
todas las ideas y pensamientos,
todas las historias e identidades.
Todos los amores y el futuro
están dentro de mi
gracias a mi impureza.
Impuro por principios,
impuro conciente,
impuro hasta la muerte.
¡Orgullósamente impuro!
Tan impuro que puedo juzgar a mis gobiernos.
Tan impuro que puedo encarcelar a mis dictadores.
Tan impuro que puedo aceptar a todos
(a condición de que reconozcan su impureza
y que paguen por sus culpas verdaderas)
(a condición de que no se hospeden en la "legalidad"
y su transformacion a la bondad no sea un último recurso)
sin que importe el credo, la raza,
el género o la sexualidad.
Sin que importe el patrimonio
ni la rentabilidad.
Mirándote a los ojos,
con mis ojos impuros, llenos, húmedos, sinseros.
Con una impureza que te es absolutamente desconocida,
a vos derechoso,
a vos europeo.
A vos
animal del pasado

que me ves impuro.
Que me ves con el asco de tu falsa pureza
desde una altura falsa
que no hace mas que delatar tu estatura verdadera
aunque con el tiempo
(no exento de dolor y sufrimiento)
alcanzarás el nivel de un sudaca.
Siglos maduraron tu desecho.
Siglos excretaron tus intestinos
y festejaste el sufrimiento ajeno.
A vos,
sólo se te exigirá la parte justa
que hoy empiezas a pagar.

viernes, 14 de enero de 2011

Seguimos filosofando en el bar?


Juego de asociaciones

(Un análisis compositivo ético/estético)


Comprendiendo las asociaciones Cultura / Poder y Ambiente / Cultura (ver antes artículo anterior) veremos sólo a manera de juego intelectual cómo lo que Kandinski nos dice sobre composición en “punto y línea sobre el plano”, nos sirve para hacer una lectura abarcativa de la realidad.

Y, si la estética nos da herramientas para leer las relaciones de poder en el mundo, es decir nos permite comprender la ética (como evolución de la cultura), también será posible con ella, modificarla.

1) .

2) . ............................. .

Gráfico 1: evidencia del soporte

Gráfico 2: nace la composición

Una de las características de la percepción visual es que el ojo asocia (en aquello que ve) realidades iguales, y si no las encuentra, iguala las más parecidas. Es un mecanismo lógico para comprender, el ojo busca una organización que le haga comprensible lo que está mirando.

Según Kandinski, un punto sobre el plano, solo consigue evidenciar el soporte, ya que al no encontrar dentro del mismo nada con que igualarlo, lo iguala a lo más parecido. Esto es: los vértices del soporte. En esta situación no hay ninguna organización posible (ni equilibrio, ni ritmos, ni armonía) es decir, no existe una composición. Ese punto “ensucia” un soporte sobre el que “no hay nada” y así se hace más perceptible el plano que el punto. Esta es la situación del gráfico 1.( que por favor, pido el esfuerzo de imaginar sobre una hoja en blanco)

En el gráfico 2, hay otra situación. Aquí el ojo encuentra (sobre igual soporte. la hoja imaginada) dos realidades iguales para relacionar (dos puntos y no uno, cada punto al extremo de la línea). Cualquiera de nosotros, frente a una hoja como esta y ante la necesidad de describir lo que ve, mencionaría antes los dos puntos que el soporte en que se encuentran. Así nace una composición: con un principio organizativo que permita analizar y comprender lo que se ve.

Cualquier persona con alguna formación plástica, afirmaría con razón, que ésta es una composición muy primaria. Equilibrada por polaridad, en respuesta al eje vertical, ya que contiene igual peso visual de un lado que del otro. Pero poco estable, en respuesta al eje horizontal, ya que le falta sustento al tener más peso arriba que abajo (imajinemos la composición por encima del horizonte). El ojo de cualquier observador, requiere para equilibrar lo que ve, lo mismo que para equilibrar su cuerpo. Es decir, igual peso a derecha que a izquierda y más peso abajo que arriba: Concepción antropomórfica del equilibrio compositivo. (Natura llevada a Cultura, inconscientemente convertida en herramienta perceptiva y condicionante, desde allí, de cualquier análisis)

Estamos hablando de composición plástica, es decir que nos estamos moviendo en el campo de aquello indiscutiblemente aceptado como perteneciente a la estética.

Ahora bien, en nuestra cultura, la forma en que nos hemos acostumbrado a ver el mundo, también es una representación plástica, sobre un soporte plano: el planisferio. Y su lectura obedece a los mismos principios organizativos de la percepción visual, generando 2 ejes y 4 campos: Occidente, Oriente, Norte y Sur. Y es que esta asociación es inseparable ya que es la asociación de la realidad individual con su entorno. Dicho más claramente: desarrollamos nuestra cultura en un ambiente que permitía y en algunos casos aún permite la visión directa y permanente del horizonte y llevamos esta línea como principio de organización espacial a cualquier cosa que miramos: Concepción cultural del equilibrio compositivo (Cultura interpretando a Natura) Además poseemos un eje vertical para equilibrarnos y lo ponemos en todo lo que vemos para que se equilibre de la manera en que para nosotros es comprensible: Así, el ambiente y la cultura quedan fuertemente unidos en nuestra percepción de la realidad y como decía un psicólogo de la percepción: Nuestra acción tiene la justa medida de nuestra percepción. Aquí también se une la ética (acción conductas / actitudes) a la estética (valoración y análisis de aquello que se percibe)

Volviendo al planisferio y a la cultura como relación de poderes, podemos encontrarnos con que, lo que la teoría de la composición de Kandinski puede explicarnos es la historia de las últimas décadas.

Si aplicamos al planisferio (siempre aplanamos volúmenes para poder interpretarlos) lo que Kandinski nos dice, veremos con claridad que en el mundo existían dos puntos de poder, uno a cada lado del eje vertical y ambos por encima del eje horizontal y esto hacía una composición equilibrada pero inestable. A partir de la caída del muro de Berlín esa inestabilidad comenzó a hacerse cada vez más evidente. Aunque durante la guerra fría fue obvia para muchos ya que existía un permanente presagio de caída de uno u otro de los centros de poder (puntos de la composición). Perestroika y globalización mediante, todo el poder recayó sobre un solo punto. Esto, como dice la teoría de la composición que aplicamos, solo evidenció el soporte, constituyendo al punto como algo que lo “ensucia”. Así, como el soporte de toda la realidad es el ambiente, descubrimos el estado en que éste se hallaba y comenzó el crecimiento de todas las organizaciones ambientales. De la misma manera que el ojo busca equilibrar, nuestra capacidad de análisis también. Y si toda una cultura comparte una marea de ver el mundo indefectiblemente asociará esa visión a sus características perceptivas.

Cuando un plástico compone una obra, lo hace agregando elementos a un soporte inicialmente vacío. Lo que nuestra cultura ha venido haciendo es lo contrario. Existía la composición equilibrada en el mundo conocido (el que era capaz de ver) cuando distintos y sucesivos imperios se desarrollaron a ambos lados del eje de ese espacio conocido y con más peso visual abajo que arriba. Cabe recordar que esto que llamo cultura occidental judeocristiana sajonizada, nace entre la Grecia clásica y el imperio romano. A medida que el mundo se fue ampliando, el cambio de soporte fue modificando la composición, hasta llegar a la situación primero de equilibrada pero inestable y luego de ausencia de composición, y por lo tanto de estructura organizativa.

Todo: las políticas sociales y económicas, los poderes en ellas y el desequilibrio ambiental, que pone en riesgo la misma existencia del soporte, pueden verse desde la estética (desde lo artístico) como un problema compositivo. Si quito algo, debo también quitar lo que resultaba asociable para mantener el equilibrio. La historia reciente de nuestra cultura nos da ese ejemplo en los acontecimientos del 11 de Septiembre (Si quito a la Unión Soviética debo quitar a los EU). En el ambiente, los desequilibrios producidos por la extinción de una especie, por uno u otro medio también se equilibran con la extinción de otra (O bien, una que pierde su depredador se convierte en plaga y es extinguida por la acción humana o bien pierde aquella que le servía de alimento y la muerte de sus individuos que no se pueden adaptar determina su extinción)

La consecuencia es siempre la misma: pérdida en la calidad de vida y la salud humanas.

Y así nos hemos estado moviendo: siempre quitamos. Cuando ya no quede nada que quitar será porque nos hemos quitado a nosotros mismos de la composición.

Esto ya tuvo una expresión plástica en la escuela Dadá: en su manifiesto, se destrona al cubismo y a la gioconda como símbolos de la existencia del arte. Si se niega esa existencia se niega a la cultura (ya que no es ninguna otra cosa que su síntesis) y así se niega la existencia de la humanidad que la generó (las últimas obras de esta escuela, son pinturas blancas sobre soportes blancos o marcos vacíos). Luego el arte conceptual, a su manera también rechazó la idea tradicional del hecho artístico como materialización de la síntesis de la cultura y el Pop, masificando lo que hasta allí era elitista –o pretendiéndolo más que lográndolo- anticipó la masificación cultural, transculturización, globalización o desaparición de la diversidad cultural que se da en paralelo con la tendencia a la desaparición de la biodiversidad. Es lo artístico lo que brinda esa posibilidad tan abarcativa y única y es lo que permite sostener el concepto de natoculturaleza convirtiendo al arte en su único soporte posible. Esta cuestión estética de la que debemos hacernos cargo los humanos (somos los autores de la modificación del equilibrio evolutivo original y lo hicimos para satisfacer nuestras necesidades) es indefectiblemente una cuestión ética. Si bien se puede argumentar (y con razón) que en toda actividad ética y estética son lo mismo, la hipocresía de los poderes suele impedir esta asociación lógica.

Así como la estética nos permite analizar la realidad a manera de juego intelectual nos puede permitir componer una nueva realidad.


PD tardía: no esperaba que este artículo provoque tanta discución, creo que mas bien la provocó el conjunto de ellos, que van definiendo una postura ideológica, que parece molestar mucho a los habitantes de una Europa que está viendo morir su poder.

Recomiendo calurosamente la lectura de los comentarios. Los de alguien con algo que la genial Maria Elena llama pereza ideológica y la laaargaaa y sudada respuesta de una sudaca que parece tener los "cojones" en su lugar

Otra vez filosofía de bar







Construcción de la ética a partir de la estética
(una cuestión compositiva)

Para no volver sobre el error conceptual nocivo de considerar la existencia de una naturaleza que cuidar, ya no nos referiremos a natura. En su reemplazo utilizaremos el concepto de lo ambiental. Si bien está cada vez más difundido el criterio de que lo ambiental, incluye lo cultural, aquí comenzaremos considerándolos dos conceptos separados para comprender hasta que punto ambos se corresponden y en la realidad conforman una unidad inseparable, como lo ético y lo estético.

Lo cultural puede tener distintas acepciones. Esa donde confundimos cultura con síntesis de la historia cultural (Expresiones artísticas y/o intelectuales), separando así la evolución cultural de las sociedades, entre hombres cultos en contraposición a hombres “bárbaros”. Lo que nos lleva a considerar algunas sociedades como más cultas, cuando en realidad sólo son más poderosas. Lo cual depende más de la fuerza y el poder económico determinado por ella (¿Barbarie?), que de su capacidad intelectual.

También podemos hablar de lo cultural haciendo referencia a los objetos que representan la actividad de esos hombres y sociedades. Así nos queda la cultura “encerrada” en institutos de investigación científica, museos, teatros o bibliotecas. Esto, no hace más que mostrarnos la cultura que fue, una cultura muerta, que ya no evoluciona. Está allí expuesta o expresada, en los lugares donde el poder puede sacar provecho de ella, oculta y definitivamente perdida cuando resulta nociva a dicho poder o, peor aún, convertida en su herramienta.

Por supuesto nos sigue quedando otra, más aceptada en la teoría que llevada a la práctica, donde la cultura es el conjunto de actividades, convicciones y mistica de una sociedad o grupo. Sin embargo, partiendo de cualquiera de estas definiciones podemos concluir que los individuos, en calidad de tales, sólo pueden aspirar a expresar, conservar, o incorporar algunos elementos dentro de lo que llamemos cultura y ello siempre representa una relación de poder.

Toda relación de poder (acción de uno o unos sobre otro u otros) plantea un problema ético, es decir estético. (ver definición de ética / estética, en artículos anteriores con el título "filosofía de bar")

Por ejemplo, cuando un elemento (forma, color, textura, luz, etc) del expresionismo ingresa en una composición cubista produce una invasión estética, es decir se hace fácilmente verificable que molesta, invade, no corresponde a esa composición porque proviene de otra estética, otra lógica. Claro que si la estética cubista resulta invadida a tal punto que los elementos expresionistas llegan a ser muchos más que los originales (cubistas), acabarán por ser estos los que molestan en la composición.

Estamos hablando de composiciones de la estética. Sin embargo, estas relaciones de poder pueden caber perfectamente a la ética: Una cultura invadida por otra. Un estado invadido por otro. Una sociedad invadida por otra. Un ejemplo podría ser la conquista de América, donde hoy son los descendientes de las culturas originales los que aparecen como “invasores”. No pertenecen a la ética de la cultura que hoy habita las tierras que originalmente fueron suyas y a las que ellos pertenecían, como elementos de una estética que se corresponden mutuamente.

Dado que la evolución de las culturas implica acción, (consciente o inconsciente) está indefectiblemente ligada a la ética. Así, todo en la cultura puede analizarse como un problema compositivo estético.

Por otro lado, vimos también que “eso que llamamos naturaleza” hace mucho tiempo que no existe (si con ello nos referimos a aquello que evoluciona libremente, al margen de la evolución de las culturas). Sólo podemos hablar de paisaje, es decir ese contenedor inevitable de cultura / natura y que resulta de la relación que ellas establecen.

Sin embargo, así como para la cultura existe esa síntesis que vive en museos y bibliotecas, para lo que fue natura también existe una síntesis expresada en eso que llamamos ambiente.

Lo ambiental es algo que no vemos completamente si consideramos ambiental todo lo atmosférico. Pero también podríamos considerar como lo ambiental al conjunto de componentes perceptibles del paisaje. Claro que así integramos en lo ambiental un sinnúmero de elementos culturales que resultan consecuencia de la acción humana en el ambiente. Y la evaluación entre lo que resulte deseable o no, correrá por cuenta de cultura. Lo que resulta indiscutible es que hoy, lo que es habitualmente llamado ambiental ha resultado afectado por el conjunto de nuestras actividades y así, probablemente resulte la expresión física más clara de lo que llamo natoculturaleza. Es allí, en lo ambiental-atmosférico, donde más uniformemente se conjugan los elementos de natura y cultura. Quizá nos resulte difícil aceptar el concepto de lo natocultural, porque su expresión física más palpable, permanece relativamente oculta al tipo de percepción más relevante de nuestra cultura occidental judeocristiana sajonizada: la vista.

No debemos por ello caer en el error de creer que la estética de nuestros paisajes no sigue influenciando nuestras vidas. Seguimos insertos en el paisaje (con distintos grados de culturalidad desde lo silvestre a lo rural-intensivo o lo urbano-céntrico) y cualquiera sea el grado de culturalidad que ese paisaje haya adoptado, siempre estará presente aquella definición de naturaleza que confundimos con identidad. Es decir, a la realidad de ese paisaje nunca le es ajena la identidad de las condiciones ambientales en que se desarrolló. Más aún: lo condicionan para ser lo que es. Tanto porque allí sigue estando lo atmosférico que nuestros ojos no ven y que también es resultado de la evolución natocultural como porque ni las formas ni los colores presentes en el paisaje culturizado existirían si no hubieran estado expresadas de alguna manera antes del inicio de su culturización. Hoy cultura y ambiente son causa y consecuencia simultánea y en ambas direcciones. Si no podemos ver que lo cultural merece el mismo tipo de respeto que lo ambiental, nunca lograremos cambiar esta realidad donde el enfrentamiento entre cultura y natura sólo terminará con la derrota de todos.

miércoles, 12 de enero de 2011

...en lugar de Sandía.


Esta vez, en lugar de sandía va una vaca lechera. Sólo por esta vez y para hacerle un homenaje a "la vaca tarada" de la genial María Elena, que nos dejó, abandonó el sandial, después de haberlo dado todo. Ésta, presisamente ésta de la foto, "no es una vaca cualquiera". Sus manchas nos cuentan el mundo con bastante más agudeza de la que parece a simple vista, tiene una Sudamérica justo allí, por donde produce su leche, una Norteamérica por allá, cerca del culo y una Europa que casi ni se ve, entre las gigantescas manchas del Asia y el África. Para todos los latinos que nos criamos escuchándola cantar que tenía una vaca lechera... esta perlita de la Walsh sobre "nuestro idioma sudaca"

LA EÑE

(María Elena Walsh)

La culpa es de los gnomos, que nunca quisieron ser ñomos.

Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio... Todos evasores de la eñe.

Señoras, señores, compañeros, ¡amados niños!... ¡No nos dejemos arrebatar la eñe!

Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración.

Ya nos redujeron hasta el nivel del apócope.

Ya nos han traducido el pochoclo (pop corn).

Y como éramos pocos, la abuelita informática, ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe, con su gracioso peluquín.

Quieren decirme, ¿qué haremos con nuestros sueños?

Entre la fauna en peligro de extinción, ¿figuran los ñandúes y los ñacurutuces?

En los pagos de Añatuya, ¿como cantarán Añoranzas?

¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo?

¿Qué será del Año Nuevo... El tiempo de ñaupa...?

Aquel tapado de armiño, ¿y la ñata contra el vidrio?

¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní?

"La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa.Y como la gente, sufre variadas discriminaciones.

Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K...

Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda; la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados, después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui.

A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo.

Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta.
Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada, también por pereza y comodidad.

Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños... ¡Impronunciables nativos!...

Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece.

Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido, porque así se nos canta.

No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski.
Ninios, suenios, otonio... Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda (retrocediendo todo hasta el latín), y vuelva a llamarse Hispania.

La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software.

Luchemos para no añadir más leña a la hoguera, donde se debate nuestro discriminado signo.

Letra es sinónimo de carácter...

¡Avisémoslo al mundo entero por Internet!

domingo, 9 de enero de 2011

geografía simple para eruditos (II)


El concepto de continentalidad

Cuando miramos un planisferio, aún aceptando toda la mentira que representa la visión en plano de un planeta más o menos esférico, podemos notar con claridad, casi prescindiendo de cualquier explicación, que America es un continente.

Lo mismo pasa cuando vemos a África, Oceanía o la Antártida. En este último caso lo notamos mejor en el mapamundi esférico que en su versión plana.

Esto es así, porque notamos claramente una cualidad geográfica común para todos ellos. Se trata de grandes o medianas fracciones de tierra completamente rodeadas de agua. Son una unidad visible, independientemente de que se compongan de una o más placas. Como las semillas aisladas que vemos dentro de una sandía, separadas entre si por la roja pulpa, el mar rodea los continentes.

Asumiendo que esto defina el carácter de continentalidad, entonces cabe la pregunta sobre la identidad de esa otra gran porción de tierra que se compone de eso que se ha impuesto llamar como dos continentes: Asia y Europa

El más común de los sentidos, indica verlos como uno y no dos.

En este momento estoy casi escuchando la voz de algunos lectores gritándome que es una cuestión cultural e histórica lo que lo explica como dos continentes y no uno. Pero la verdad es que a mi me gusta que las definiciones sirvan y para ello es necesario que definan igualitariamente.

Si lleváramos el caso a una cuestión moral y algo que uno hace es malo, se trataría de una acción que es mala, independientemente de quien la ejecute. De otro modo algunos resultarían siempre impunes de los delitos por los cuales se juzga y sentencia a otros y eso no parece correcto.

Además, si los aspectos geográficos se definieran como consecuencia de culturas e historia, tendríamos que aceptar masivamente que Norteamérica, es un fragmento (grande por cierto) de Europa y no de América. Dado que cultural e históricamente está mucho mas unido a la Bretaña original que a la America Latina (con una cada vez mas clara y madura identidad)

Así, la pregunta que viene flotando desde el inicio es: ¿Qué es Europa?

Geográficamente es inseparable del continente asiático y culturalmente es la parte mas pequeña y alejada de Norteamérica.

La verdad es que si uno le explica a un niño algún concepto de continentalidad y lo pone frente a un planisferio o un mapamundi esférico, es muy probable que nunca logre identificar a Europa como un continente y si lo miramos bien es posible que lleguemos a la conclusión de que se trata de una pequeña y compleja y enrevesada península occidental de un continente que si es identificable como tal, por geografía e historia: Asia.

Creo que en las definiciones que se pretenden absolutas hay una importante cantidad de vaguedades poco aceptables y terminan afirmándose universalmente las mentiras que los poderes impusieron a lo largo de la historia que siempre “cuentan los que ganan”

Claro, si Europa carece de definición y se acepta como parte del Asia, también habría que reconocer que el poder en ese continente siempre fue una disputa entre Rusia y China y ese occidente asiático que llamamos Europa se compone de un conjunto de republiquetas que ni siquiera son bananeras porque el banano necesita suelos y climas generosos y como ya vimos, nada generoso se puede esperar de ese lugar.

Si alguno de ustedes encuentra una definición de Europa como continente, que pueda caberle por igual a todos los otros, por favor auxilien mi ignorancia.

¡Gracias!

En caso contrario, como mínimo, no use la palabra continente cuando se refiera a la península occidental del Asia.

martes, 4 de enero de 2011

La planta de la verdad

Un cuentito

Hubo un tiempo en que los tréboles tenían tres hojas, por eso recibían ese nombre. Pero por ese tiempo y por muchos años, varios grupos de investigadores, financiados por las multinacionales del agro, se pusieron a investigar la genética de los vegetales. De todos los vegetales (o casi)

En ese tiempo era tan pero tan raro encontrar un trébol de cuatro hojas, que se consideraba que quien lo hallara seria una persona muy afortunada el resto de su vida. Es mas, al trébol de cuatro hojas le llamaban “planta de la suerte”.

Buscando quien sabe que característica genética, un grupo de investigadores halló el gen que hacía que algunos tréboles, quizás uno de cada 10 o 100 millones de ejemplares, produjera esa rara mutación que le daba hojas divididas en cuatro folíolos en lugar de tres. En principio, ese hallazgo no sirvió de nada. Estaban buscando cosas mas importantes, capaces de “salvar a la humanidad del hambre” y a las multinacionales de la pobreza. Cosas que permitieran convertir en rústicas malezas, los vegetales con mas demanda en el mercado mundial de alimentos. Así nacieron los cultivos transgénicos, capaces de producir más, bajo cualquier condición, soportando fumigaciones que eliminaban cualquier cosa que no sea ese cultivo de diseño, incluso pobladores indeseables que se quejaran por cosas tan pequeñas como su calidad de vida, su salud o las pequeñas producciones que habían mantenido por siglos la economía de cada región del planeta.

Pero un día, cuando la producción de alimento alcanzó para todos los sobrevivientes y las nuevas tecnologías genéticas garantizaron que así seguiría siendo indefinidamente, un técnico de laboratorio que ordenaba documentos de investigaciones antiguas, encontró el archivo donde se detallaba la posición exacta del gen capaz de manipular la cantidad de folíolos de un trébol. Hasta entonces casi todos los tréboles seguían teniendo tres hojas y su nombre tenía sentido. A este señor se le ocurrió una brillante idea. Mas bien una idea bastante lucrativa, que la firma para la que trabajaba, financió inmediatamente. Si se producían semillas de tréboles de cuatro hojas para el mercado de ornamentales y dado que la mayoría de la población seguía atada a miles de supersticiones, todos querrían una maceta de esa “planta de la suerte”, lo que le garantizaba un promisorio mercado por mucho tiempo.

Así lo hicieron y en pocos años todos los viveros del mundo comercializaban macetitas con estos extraños y muy demandados tréboles de cuatro hojas.

En poco más de tres décadas el negocio había sido más fabuloso que el de los cereales y esta firma originalmente dedicada a los cultivos extensivos se convirtió en proveedora exclusiva de todos los cultivos de ornamentales del mundo. Casi todos los iniciadores de ese lucrativo negocio ya habían muerto de viejos. Felices e inundados por las fortunas más honestas que jamás creyeron posible.

Lo extraño fue que la gente siguió llamando tréboles a estas plantas de cuatro y no tres hojas.

Entre la cuarta y la quinta década, el cultivo empezó a perder interés, porque no sólo todos los habitantes del planeta habían comprado su macetita, sino que además la plantita, demostró ser más adaptable que su versión original y se asilvestró en casi todos los climas.

Entre las sexta y séptima década, ya casi nadie recordaba que alguna vez, los tréboles tubieron tres hojas. Y tampoco encontraban sentido alguno para su nombre.

Pocos hombres tenían ese dato archivado en la memoria, en una humanidad que poco a poco se fue volviendo exclusivamente urbana.

Uno de ellos, que hacia casi 100 años ya, había nacido en el campo, estaba un día pasando una tarde con su bisnieta de 5 años en un parque, cuando la nena corrió feliz hacia él con una tierna hoja en su mano.

-Bisa!!!! Bisa!!! – gritaba la nena a quien sus abuelos impedían que le llame abuelo.

-Bisaaa!!! Mira lo que encontré.

El anciano vió lo que la nena le trajo y con los ojos húmedos la miró tiernamente mientras le dijo

-Sos una niña muy afortunada, haz encontrado la planta de la verdad.

Desde entonces, los extraños tréboles de tres hojas, son la “planta de la verdad”, y les cuesta reproducirse y colonizar el territorio que alguna vez fue suyo. Pero poco a poco, lo están consiguiendo. Claro que tampoco existe un mercado ávido de conseguirla, cuidarla y reproducirla, pero como sus competidores también perdieron interés, algún día lo logrará.