jueves, 22 de septiembre de 2011

La funcionalidad del "bien pensar"


Cuando era niño, tenia una abuela que solía decir detrás de cada comentario mío, "lo que pasa es que vos sos un mal pensado" y a continuación hacia una sonrisa cómplice, de apoyo, que expresaba claramente que ella pensaba lo mismo. La vieja tenía un pasado anarquista, más que un par de kilómetros recorridos y varias cosas bien entendidas.

Todo el tiempo, nuestros mayores, los medios masivos de comunicación (que solo comunican aquello que le interesa a los poderes) y hasta nuestros compañeros nos dicen qué es pensar bien y qué es pensar mal.

Así se van imponiendo verdades que son mentiras y como todos las aceptamos, acabamos convirtiendo a cada una en una verdad. Pero se pueden desmantelar fácilmente, puestos a imaginar los beneficiarios de que todos las aceptemos.

Me propongo dedicarle artículos a cada una, de vez en cuando a partir de hoy, aunque también acepto que me manden las propias, a ver si las "destripamos" a todas.

A muchas las soporto con buen humor, pero una que me molesta escuchar dice que "somos los únicos responsables por todo lo que nos pasa"

¡Es increíble! ¡Parece joda!
En América Latina donde pensar que "algo habrá hecho" (es decir que en alguna medida fue culpa suya) fundamentó millones de muertos, desaparecidos y muchos millones más de empobrecidos ¡No se puede seguir diciendo esto sin sentir vergüenza!
Si cada uno es el único responsable por lo que le pasa, cada homicidio es responsabilidad del muerto y no del homicida y cada desposeído es responsabilidad del pobre y no del que lo deja sin salario o le paga dos pesos con cincuenta por su trabajo.
¿Nos estaremos equivocando los argentinos al juzgar a represores, torturadores y ladrones?

Hoy, ya viejo, creo como mi abuela que pensar, es precisamente pensar mal. Bien piensa cualquiera, porque para ello basta estar de acuerdo con lo que los poderes ordenan que pensemos.

Prometo que continuará...

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