lunes, 14 de noviembre de 2011

Los peligros de olvidar el origen o ladrón que roba a ladrón.

Una fábula donde

los parecidos con la realidad

son absolutamente intencionales


Juan y Pablo vivían en medio de la nada. Nadie sabía de donde llegaron y ellos no sabían a donde ir, ni tenían motivos para hacerlo. Ciertamente eran muy pobres y ese lugar no tenía ningún recurso para que dejen de serlo. Tal vez por eso se peleaban a menudo, por un poco de alimento, por algún abrigo, en fin, por los recursos en los que el lugar, no era precisamente generoso. Un día Juan se enojó tanto que decidió abandonar la ruinosa casa. Pablo creyó que por fin se quedaría solo, pero Juan en lugar de irse, construyó otra casa, a cierta distancia, pero justo enfrente. Dijo que era mejor tener al enemigo controlado, a la vista.

Otras gentes, pasaban por allí de vez en cuando. Gentes distintas, raras, de distintos orígenes. Esto hubiera dado a los dos enemigos motivos para hacer nuevas relaciones, conocer otras culturas, en fin cultivarse. Pero a ellos nunca les interesó nada que estuviera un poco más allá de su ombligo o sus narices. En un momento esta gente fue tanta, que construyeron una carretera. No Juan y Pablo, ellos jamás se hubieran dado a una tarea tan ardua. La gente que pasaba.

La carretera empezó a llenarse de vehículos que llevaban y traían cargas, que ellos ni imaginaban. Sin embargo se les ocurrió que siendo tantos, y llevando y trayendo tantas cosas, podrían cobrarles un peaje.

Fueron dos. Uno un poco antes de llegar a sus chozas y otro un poco después de pasarlas. En uno recaudaba Pablo y en el otro Juan. La gente lo pagó, porque de otra manera debían buscar otro camino y construir otra carretera. Además porque era gente con cierto grado de cultura y entendía que nada se podría discutir con aquellos obtusos. Así también comenzaron a detenerse algunos vehículos y con el tiempo Pablo primero y Juan después conocieron sendas mujeres que se quedaron con ellos. Formaron extensas familias, que atrajeron a otros nuevos hombres y mujeres y la casa se volvió caserío y el caserío villa y la villa ciudad.

Los pasajeros de los vehículos fueron encontrando allí un lugar para descansar, comer y así, la ciudad de Juan y Pablo empezó un período de prosperidad.

Ahora estaba justificado el peaje y hasta había gente que no solo pasaba por allí sino que además iba a ese lugar originalmente tan pobre.

Sin embargo, una de las principales ganancias de la ciudad no provenía ni de hospedar pasajeros ni de cobrarles peaje.

Pequeños grupos de jóvenes, a las órdenes de los nietos de Juan y Pablo, se ocupaban de robar pequeñas cantidades de cada carga de cada vehículo que se estacionaba. Las cantidades debían ser pequeñas para que los dueños no lo notaran o aún notándolo, no se molestaran por ello. Importaba mucho más la variedad de productos, a partir de los cuales, podrían proveer las demandas de tanto otro pasajero, viajante, transportista que se detenía en el lugar. Es decir, el robo bien organizado, se convirtió en la fuente original de la riqueza, de la que llegó a considerarse a si misma, la ciudad mas rica del mundo. Al menos el mundo que podían ver los descendientes de Juan y Pablo que al principio fue el único, pero al enterarse por los viajeros que había otros lo llamaron “el primero”. Tal vez respetando un prejuicioso orden de aparición en sus vacías conciencias.

Pasaron muchas, pero realmente muchas generaciones y un día los habitantes del lugar, empezaron a sentirse molestos por tanto tránsito y tantas idas y venidas de tanto extranjero. Decidieron que allí era necesaria una avenida de circunvalación que rodeara a la ciudad, para que toda esa gentuza pasara lejos de allí, por donde no les molestara. Ellos iban a seleccionar solo a algunos que les sirvieran para mano de obra barata. Claro que los descendientes de semejantes holgazanes, no iban a darse a la tarea de una obra semejante y comenzó la búsqueda de algún estúpido que aceptara la tarea por unas pocas gratificaciones, haciéndole creer que obtendría grandes ventajas. Y llegó el día que apareció el candidato ideal, que solo puso una pequeña condición. El no cobraría por la ejecución de la obra, pero en adelante cobraría el peaje. Era un señor raro, con los ojos rasgados, oriundo de alguno de los otros “dos mundos”.

La obra se inauguró con la mayor de las pompas y todos los residentes y viajeros festejaron.

Hoy ya pasó un tiempo de la inauguración. El tránsito sigue siendo mucho y próspero pero los habitantes empiezan a sufrir ciertas carencias. Algunos están pensando en emigrar y otros ya lo hicieron. Muchos desean hacerlo pero no pueden y andan revolviendo los tachos de basura para encontrar los alimentos que antes robaban de las cargas, pero la basura también empieza a escasear.

Los que pasan por la aún nueva avenida de circunvalación miran de lejos una ciudad que todavía suponen maravillosa, pero en realidad se está volviendo una caparazón de la pobreza.

Bueno, el lugar, en realidad nunca tuvo nada para ofrecer desde que Juan y Pablo llegaron a él y ahora, los que olvidaron su origen miserable y pirata, están indignados y culpan solo a los ladrones que les roban a ellos: los descendientes de ladrones que se creyeron dignos.


3 comentarios:

  1. Es la cuarta vez que leo este post y cada vez que llego al final sospecho un nuevo significado, vuelvo a leerlo y tambien le cabe
    ¿puede agregar una moraleja?
    ya se que la cosa es por los indignados y esta dicho, Pero dispara muchos cartuchos!!! (a la historia, a la actualidad, a la politica, a la economía y no todos son igual de válidos o le caben por completo)
    de todos modos otra vez gracias, acá me tiene leyendo y pensando

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  2. también hay un cartucho para el urbanismo y si seguis buscando vas a encontrar todos los que quieras ver
    Asi es una fábula y por eso siguen vigentes desde Esopo hasta hoy...

    Un abrazo

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  3. DesdeMexico

    jajjaja, es la historia de muchas ciudades europeas, hasta nuestros dias, y el señor raro es un enviado de China con quien Europa acaba de hacer acuerdos que parecen tontos para salvar a la UE, jajjaa, Los chinos se quedaran con todo
    esta muy buena la fábula

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