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martes, 28 de junio de 2011

¿Llegará el momento?

Una sandía para "apantallarse"


Estoy escuchando en los últimos días como vienen los planes de ajuste en Europa. Y llegó el momento en que el FMI le pide a Grecia la privatización de todas las empresas del Estado. Van siguiendo uno a uno los pasos por los que pasó Argentina, y aquí conocemos muy bien sus consecuencias.
Sin embargo, en tren de no convertirme en agorero, expresaré mis dudas sobre el futuro europeo en forma de preguntas.

¿Llegará este mismo momento para Portugal, España, Italia, Francia y por último Alemania? (en ese orden)
¿Llegará el momento en que el Estado Chino (Y por qué no Brasil y Argentina) compre esas empresas como inversor participante de sus multinacionales?
¿Llegará el momento en que esas empresas se conviertan en verdaderas aspiradoras de todo lo que cada ciudadano europeo produzca?
¿Llegará el momento en que por ejemplo la estatal Aerolíneas Argentinas compre a precio de remate empresas de bandera en Europa?
¿Llegará el momento en que el principal ingreso de los estados del sur, provenga de la explotación y expoliación de los del norte?
¿Llegará el momento en que nuestros pueblos tengan la vida subcidiada con los esfuerzos del pueblo europeo?

La verdad es que me cuesta creer que todos esos momentos lleguen, ni siquiera lo deseo, pero estamos viviendo realidades que hace solo dos o tres años hubiera jurado que nunca llegarían. Sin embargo, si cada uno de esos momentos llega, de modo que el esfuerzo de los ciudadanos del norte financie nuestras vidas ¿Será justicia?

Creo que la justicia tiene algunos puntos en común con la venganza, y espero que si todos esos momentos llegan, en lugar de muertes por pobreza, produzcan conciencia.
La falta de conciencia, como subproducto de la estupidez y la ignorancia, quedó bien demostrada por parte de los pueblos que por ejemplo llevaban adelante las fiestas de "Live for Africa", donde decenas de miles de estúpidos se juntaban en una fiesta a pasarla bárbaro, para juntar unos euritos con que "ayudar" a los africanos.
Por lo menos hoy tiene una expresión mas honesta, egoísta y sincera en la indignación de los indignados, que desgraciadamente, como supuse en artículos anteriores, levantaron campamento y se van apagando, hasta que llegue la próxima fiebre. Es algo. Pero todavía no están pidiendo el verdadero cambio, sino que les permitan seguir de joda como nacieron y crecieron, en auto cero Km, trabajando sólo unas pocas horas semanales, con sueldos muy abultados, mientras hacían la caridad de emplear un sudaca o un marroco para que les limpie los baños o recoja su basura.

Tal vez, desgraciadamente deban llegar esos momentos. Por ahora desde acá solo seguiremos observando, cómo el monstruo capitalista que crearon y apoyaron en beneficio propio, amenaza con comerlos.
Mientras tanto les dejo una sandía para apantallarse los calores del verano europeo.

miércoles, 19 de enero de 2011

Frente a cualquiera, un sudaca.


(sandía reventada -durante la crisis económica europea-en forma pretenciosa de poema)




.Impuro,
sabrosa y deliciosamente impuro,
política e ideológicamente impuro,
pasional y sexualmente impuro.
Impuro de color,
impuro de religión,
impuro por historia.
Por elección impuro.
Con la piel del color beige
capaz de contener todos los colores,
todas las ideologías,
y las religiones,
todas las ideas y pensamientos,
todas las historias e identidades.
Todos los amores y el futuro
están dentro de mi
gracias a mi impureza.
Impuro por principios,
impuro conciente,
impuro hasta la muerte.
¡Orgullósamente impuro!
Tan impuro que puedo juzgar a mis gobiernos.
Tan impuro que puedo encarcelar a mis dictadores.
Tan impuro que puedo aceptar a todos
(a condición de que reconozcan su impureza
y que paguen por sus culpas verdaderas)
(a condición de que no se hospeden en la "legalidad"
y su transformacion a la bondad no sea un último recurso)
sin que importe el credo, la raza,
el género o la sexualidad.
Sin que importe el patrimonio
ni la rentabilidad.
Mirándote a los ojos,
con mis ojos impuros, llenos, húmedos, sinseros.
Con una impureza que te es absolutamente desconocida,
a vos derechoso,
a vos europeo.
A vos
animal del pasado

que me ves impuro.
Que me ves con el asco de tu falsa pureza
desde una altura falsa
que no hace mas que delatar tu estatura verdadera
aunque con el tiempo
(no exento de dolor y sufrimiento)
alcanzarás el nivel de un sudaca.
Siglos maduraron tu desecho.
Siglos excretaron tus intestinos
y festejaste el sufrimiento ajeno.
A vos,
sólo se te exigirá la parte justa
que hoy empiezas a pagar.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Historia de otra palabra sudaca



"el que no llora no mama

y el que no afana es un
gil"

(fragmento del tango cambalache)


Por la mitad del siglo XIX, se trababan intensas luchas en Argentina. Celestes y Colorados, es decir Liberales y Autonomistas o Centralistas y Federales, confrontaban sus ideas en los campos de batalla.
Cuenta una leyenda que un gaucho correntino (Antonio Gil) era un colorado considerado muy peligroso por los celestes y muy querido por la gente. No se trataba de un Robin Hood. Él, mas bien se ocupaba de organizar a la gente allí donde llegara, para enfrentar al enemigo, para defender sus derechos, para defender el territorio liberado. Hacía su tarea independientemente, sin enrolarse y esto lo hacia un desertor frente a la justicia de cualquiera de los bandos. Se dice que fue capturado un día para ser llevado ante la justicia de Goya (Corrientes) acusado de esa desersión.
Algunos dicen que el coronel Zalazar, otros que un tal Velazques y otros, un sargento de los celestes, lo degolló en pleno campo mientras era trasladado, más por ser devoto de "San la Muerte" y llevar su amuleto que por razones políticas. Aseguran que mientras se desangraba, colgado boca a bajo de la rama de un algarrobo, le advirtió a su verdugo que el hijo estaba muy grave y si no se apuraba a llegar a su casa moriría. Que llevara un poco de su sangre (colorada) y la pusiera sobre el niño al llegar y lo invocara a él, que ya estaría muerto, para que intercediera ante Dios por su vida.
El verdugo asustado, creyó en esas palabras y llevó el pañuelo del gaucho Antonio Gil, embebido en su sangre hasta la casa, donde al llegar encontró a su esposa llorando y a un médico que acababa de desahuciar al hijo muy afiebrado. Lo cubrió con el pañuelo e imploró al Gaucho por su vida.
El niño se salvó y el verdugo construyó una cruz a la que ató el pañuelo, para clavarla en el lugar donde ultimó a quien se convertiría en uno de esos santos paganos del sincretismo latinoamericano.
Hoy, el culto del "Gauchito Gil", se extendió desde la Tierra del Fuego hasta Salta. Ingresó a Bolivia, al norte de Chile, Paraguay, Uruguay y al sur del Brasil. Se identifica su santuario a la vera de las rutas con un grupo de cañas tacuaras sosteniendo cintas o banderas rojas que recuerdan aquel pañuelo enbebido de valiente y generosa sangre de la historia sudaca. Y a la bandera roja de la federalidad, que triunfó en el campo de batalla, pero aún es una deuda que tenemos para con nosostros mismos. (Y tendremos hasta que el mundo haya derrotado al modelo de centralidad, generador de periferias.)
Pero tambien tuvo otra derivación esta historia / leyenda. Modificó, acrecentó, enriqueció nuestro idioma.
Mientras la historia se iba derramando por América, los celestes, los liberales, los unitarios, los centralistas, eso que internacionalmente se identifica como la derecha, fueron convirtiendo al apellido en palabra y poco a poco, Gil devino en sinónimo de tonto. Salvar la vida del enemigo, es un acto incomprensible, para todos aquellos que aún no entendieron que lo único prohibido en la lucha contra el canibalismo es comerse al caníbal.
Hoy los políticos herederos de aquellos enemigos hablan de la "gilada" para referirse al pueblo, pero mucho antes, el tango (cambalache y muchos más) lo llevó a pasear por el mundo, que hoy utiliza a la palabra / apellido "Gil", como sinonimo de tonto.
Su nombre completo fue Antonio Mamerto Gil Nuñez. De donde muchas veces, "mamerto" también se usa con igual significado.
Mucha historia y mucha sangre nuestra debía correr por los ríos Americanos desde el Rio Bravo hasta la Tierra del Fuego, para que aquel dialecto del latín, que trajeron los españoles a nuestra tierra se convirtiera en el idioma que es hoy.
Palabra de Gil, un Mamerto, en fin, un verdadero Sudaca
...y a mucha honra.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Historia de palabras sudacas


A propósito de la creación de nuestro idioma, y porque dicen que "para muestra basta un botón", hoy se me ocurre publicar un fragmento muy cortito de una novela que hace mucho intento escribir y tal vez no termine nunca. Viene a cuento, porque relata el nacimiento de una de las palabras de nuestro idioma sudaca y da cuenta de su crecimiento y universalización. Hoy, el uso la palabra gringo, nacida como toda nuestra lengua, aquí, en sudaquia, excede nuestra geografía. También se usa en una pequeña península cuadrada, donde pretenden que este idioma tuvo origen. De esto hablo cuando digo que este idioma es nuestro y se recibió de tal después de aprobar historia en América Latina

Gringos distintos

Ya hacía mucho de aquella guerra lejana, o más bien invasión y robo que los puritanos habían perpetrado primero hacia el oeste sobre los territorios aborígenes, hasta el pacífico y después hacia el sur sobre los territorios Mexicas.

Venidos de la gran Bretaña, siguiendo un sueño lleno de oro y tierras. Siguiendo más que un sueño, las peores ambiciones de riqueza a las que en su tierra nunca podrían aspirar. Esos cristianos a quienes se les dio armas y solo armas para colonizar territorio hacia el oeste, el lejano oeste. Armas que ninguno rechazó y que usaron contra los dueños de la tierra para robar y asesinar como otros cristianos antes que ellos hicieron en toda América.

Cuando estuvo consolidada la federación de estados, sobre un territorio tan enorme como estéril, la ambición se orientó hacia las tierras ricas del sur.

Avanzaron sobre territorios Mexicanos hasta que la resistencia se convirtió en palabra. Para entonces ya eran un ejército nacional. Las fuerzas del bien, aunque faltaba mucho para que alguien se atreva a llamarlas así, avanzaban, como dos siglos antes habían avanzado otros con uniforme de lata, solo que los verdes ya habían abandonado la cruz. Usaban solo la espada o más bien los fusiles. Asesinando y robando por el bien de todos, que no eran siquiera todos ellos, sino de los que lleguen primero. Porque las culturas desarrolladas en territorios pobres desconocen la idea de comunidad. Marchaban por el bien de cada uno de ellos, los del uniforme verde, los "green" a quienes ya nadie quería seguir viendo por allí.

Así nace, o más bien se recupera la verdadera magia de la palabra. La resistencia fue atroz y sangrienta hasta que solo niños quedaban en pie. Su única arma fue una frase ¡Geen Go! ¡Green Go! Gritaban frente a las tropas que seguían disparando sin piedad. Pero hubo algo que los verdes nunca entendieron y es que cuando un enemigo ya no tiene nada que perder se vuelve mas poderoso y cualquier cosa en sus manos es un arma invencible.

¡Green Go! Fue el arma de los muchos niños ¡Geen Go! Y los gringos no entendían por que no se rendían. Tampoco entendieron que estuvieran mas dispuestos a morir que a perder sus territorios. Ya habían perdido todo y vivir no era muy distinto que morir a manos de quienes habían matado a sus padres, madres, abuelos.

No entendieron la fuerza que habita ese lugar en el que jamás serían capaces de ponerse a si mismos. Y no entendían muchas cosas más porque seguían siendo lo mismo que habían sido siempre:

Desde las épocas del antiguo imperio en el viejo continente, seguían siendo los “bárbaros del norte”. Siempre ajenos a las complejidades de la vida y la cultura. Siempre urgidos por un poco de alimento. Siempre ambicionando una vida que los fríos territorios del norte no podían otorgar a nadie, salvo que imponga a otros sus necesidades por la fuerza. Una vida que tampoco entenderían ni disfrutarían cuando la obtuvieran, porque para disfrutar hay que aprender y el hambre y la guerra no dejan tiempo para nada que no sea práctico, eficiente, urgente.

¡Green Go! ¡Green Go! ... Y la magia creadora de la palabra fue capaz de crear la retirada y la ofensiva fue cediendo y los niños echaron a los verdes de más de la mitad de los territorios sobre los que habían avanzado. Así la frase se convirtió en palabra y la palabra fue Gringo.

En principio “Vete verde” significó “ejército de los puritanos”. Después, cuando la historia empezó a derramarse por el resto del continente, fue mutando a “norteamericano”. Para cuando llegó aquí, al sur de todos los sures, significaba extranjero. Y los extranjeros que más estaban llegando por entonces eran italianos.

Este gringo era eso, un italiano. No un tano como ya se les llamaba a los otros italianos llegados primero. Este no era de Nápoles ni de Sicilia. Este no era un tano, era un gringo.

Sin embargo este gringo no se parecía en nada a ese otro, el californiano que ya muy viejo, los gemelos habían tenido oportunidad de conocer. Aquel asesino por el cual llegaron casi a sentir lástima. Que nunca pudo ser ni amigo ni enemigo de nadie por el dictado de su corazón ni de su razón, sino por el de sus ambiciones, cuya pequeñez resultaba incomprensible para los nativos libres, dueños naturales de todo ¿Matar a otras personas por un beneficio tan insignificante como un pedazo de tierra? Si tengo lo que soy y soy lo que tengo, si soy tan libre como para tener toda la tierra que puedo recorrer y más que nunca conoceré, si tengo el río y tengo el sol y tengo la luna ¿Por qué matar a cambio de una parte de todo cuando dispongo de todo?

No, definitivamente este gringo jamás mataría a nadie. Al menos no por tan poco. Tal vez matara por convicción, o por odio o por amor. Algo tan grande que no pueda ser usado o tocado. Algo con la habilidad de superar toda comprensión. Algo que pudiera desatar su pasión o transformar en violencia su capacidad que no parecía poca.

Los gemelos comprobarían esto cuando el gringo emprendió la retirada después de intentarlo todo para hacer lo que él consideraba bueno. A bordo de su camioncito, con todas sus pertenencias y su familia encima y después de varios años de no haber pronunciado nada en su idioma natal, vociferó insultos inconcebibles en italiano que resultaban comprensibles más por los gestos y la entonación que por el significado de las palabras. Pero su violencia llegó hasta allí. Se fue. Insultó. Y no mató a nadie.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Nuestro idioma sudaca




Llamarle español al idioma que hablamos, es por lo menos, una mala broma que los latinoamericanos nos hacemos a nosotros mismos. Cuando los españoles llegaron aquí hablaban una lengua romance del latín, lo que significa no mas que un dialecto del latín. Es decir, una simple variante de un idioma identificable como tal.
Para que un idioma sea tal cosa, debe poder definir todo lo que sus hablantes necesiten definir. Ya que ese idioma será nada más y nada menos que su manera de interpretar la realidad. Lógicamente, interpretarán la realidad que ven o a lo sumo la que intuyen.

El idioma que hablaban ellos en 1492, era el mismo en que Cervantes
escribió El Quijote "¿Habéis hecho el intento de leerlo foja a foja de corrido como si tal cosa y ya?" No van a entender ni la mitad de las cosas que allí se dicen (siempre en su versión original, porque las hay actualizadas)

Desafío a cualquiera a encontrar la palabra CARA en sus 1000 páginas. No la van a encontrar, sencillamente porque en aquella lengua romance castellana del latín, para referirse a la CARA tal como lo hacemos hoy todos los hablantes de sudaca (incluidos los españoles) usaban la latina FAZ, que si encontrarán muchas veces en ese mamotreto escrito en un latín con errores.
Para que esta palabra llegara a mezclarse con todas las que hoy componen este idioma, faltaba historia.
Sin la mezcla de lenguas que se produciría en América Latina, aquella nunca llegaría a ser este idioma. Hicieron falta mas de 30 idiomas nativos, desde el Maya al Guaraní por el Atlántico como desde el Azteca al Quechua por el Pacífico, para que se mezclaran con él y luego apareciera el aporte de otras tantas lenguas africanas (sin las cuales nuestra música, como el tango, el candombe o el malambo, carecería de nombres) y más luego aún, las oleadas inmigratorias hambreadas de Europa, cada una con sus idiomas y tradiciones modificando la realidad y la cultura, haciendo mas ancho el paisaje que mirar o encontrando en él el asombro de la pampa. Cada uno diciendo distintas cosas, llamándolas de distinta forma, para que entre todos elijamos la mejor manera de nombrarlas.
Este idioma "se recibe de tal" después de aprobar historia en América Latina. Al título se lo dan tipos como Cortazar u Oliverio Girondo, que lo llevaron a sus límites y nos hicieron descubrir que lo puede abarcar casi todo. Nuestras historietas y graffitis lo demuestran a diario. Tal vez la primera obra escrita en SUDACA (que ni castellano y mucho menos español) sea la de Hernandez, contándonos lo que la historia fraguó (a manos de un encargo de Mitre) en las desventuras del gaucho Fierro.
A ustedes, hablantes y creadores del sudaca (un idioma orgullosamente maduro) va destinada mi pregunta.
¿Porqué seguir llamando español a un idioma que creamos nosotros, los latinoamericanos y que además es cada vez menos usado en la misma península ibérica donde ni los gallegos, ni los vascos, ni los catalanes, ni los andaluces y que se yo cuantos mas, lo quieren usar?